viernes, diciembre 23, 2005

 

Buenos deseos


Sirva la navidad para reflexionar, conocernos más y comprender mejor a las personas que nos rodean. Y compartir las alegrías; que haberlas, haylas.

Y de felicitación, para no salirnos de las monomanías, ahí queda eso.


miércoles, diciembre 14, 2005

 

En estos días

Cada vez que oigo “En estos días” me acuerdo de ella.

En realidad siempre que oigo a Silvio, me acuerdo de ella. Una frase, una estrofa, una palabra evoca a la más entusiasta oyente de mis desafinos con la guitarra.

Pero pocas canciones aguantan la evocación, pues el amor fraterno “de” y “por” Angelita es difícil de describir y abarcar.

Me había impuesto una contención en el blog sobre este tema, pero ya no aguanto más.

Mi hija ha dibujado a su tía en una estrella. Yo la he situado al sur, en Orión, en Betelgeuse, una estrella roja que en realidad son dos. El balcón de mi casa está orientado a mediodía. Todas las noches me asomo. Si está despejado la veo emitiendo sus destellos rojos desde el hombro del guerrero. Si está nublado, como nuestro ánimo, me (le) digo: Sé que estás ahí.




En estos días

En estos días, todo el viento del mundo sopla en tu dirección
La osa mayor corrige la punta de su cola
Y te corona con la estrella que guía: la mía

Los mares se han torcido con no poco dolor hacia tus costas
La lluvia dibuja en tu cabeza la sed de millones de árboles
Las flores te maldicen muriendo, celosas

En estos días no sale el sol, sino tu rostro
Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos
¡Ay!, de estos días terribles
¡Ay!, de lo indescriptible

En estos días no hay absolución posible para el hombre
Para el feroz, la fiera que ruge y canta ciega
Ese animal remoto que devora y devora primaveras

En estos días no sale el sol, sino tu rostro
Y en el silencio, sordo del tiempo, gritan tus ojos
¡Ay!, de estos días terribles
¡Ay!, del nombre que lleven
¡Ay!, de cuantos se marchen
¡Ay!, de cuantos se queden

¡Ay!, de todas las cosas
Que hinchan este segundo
¡Ay!, de estos días terribles
Asesinos del mundo


Angelita era el sol que nos daba calor y ahora es la estrella que nos guía.

Por siempre

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